domingo, 14 de noviembre de 2010

¿Alguna vez dejas de ser lo que eres?

Entonces la Luna, igual que si la hubieran empujado alejándola de la imantación que le profiere el sol, se cayó del cielo... Al agua... Se rompió en mil pedazos.
Al caer sintió que no valía nada seguir colgada del techo de la tierra como si fuera una lámpara apagada a la que le da lumbre una vela... No quiso ser más el candil de la noche, supongo.
Supongo que se cansó de que el sol siempre la mirase en la lejanía, de que solo la besara una noche al mes, se cansó de tener toda una bola de tierra y de agua entre ellos dos, se canso de "no servir para nada"...

De todos los pedazos en que se rompió la luna, algo parecido a una mitad cayó entera bajo el agua y cuando la noche es muy oscura, y las olas la arrastran, justamente por dónde da la cara, como si el mar fuera un prisma, se proyecta... Cómo si no se hubiera caído, como si siguiera en el cielo... Como si el sol la alumbrara, como si un par de noches al año no le importara no poder tocar al sol o que este nunca más la besara...



[A veces no está mal recordar quién fuiste...
Espera...
¿Alguna vez dejas de ser lo que eres?
...Que la Luna se rompa, no implica que deje de ser la Luna...]

1 comentario:

Saurlak de Lioncourt dijo...

Nunca se deja de ser quién realmente eres, pero quien realmente eres se descubre normalmente después de haberte perdido varias veces y haber crecido muchos años.
Y entonces te das cuenta de que siempre fuiste la persona que has logrado ser, porque no cambiamos, sino que nos descubrimos.
Te quiero :)