Intensas nuestras miradas,
nosotras intensas,
inmensas horas,
interminables paseos...
Cada mirada perdida,
cada segundo contigo,
lo he repetido y repetiría,
hasta que en un segundo
la alegría fuera magia,
hasta que tu corazón
me contagia distancia...
Me vi reflejada
en cada una de tus palabras,
como pájaros nadando,
como las historias que no cuento,
como mis cuentos vacíos,
como mis tardes contigo,
como un te quiero tardío,
como un te amo vacío,
como la ola que se rompía
bajo nuestro precipicio...
En ese instante maldito,
en esa hora acabada,
en ese futuro marchito,
igual que Lorenzo sin rayos
y que Catalina a medias,
en ese centímetro
en que dejé los disfraces fuera
en tu habitación sin tiempo,
en tu cama deshecha,
en tu cuerpo desnudo
y en mi melena en tu almohada,
con mi amor tan profundo
como lo es la marea,
en ese tiempo absoluto
en el que los cuentos comienzan,
dónde se encienden las noches
a la luz de la vela...
Esa vela que aunque no existe
no se apaga,
y en ese amor,
que aunque nadie a visto desvela,
como nuestro universo,
que para los demás tiene fin,
y para nosotras no llega.
ac~uiv.
No hay comentarios:
Publicar un comentario